MERCURIO

En la mitología romana, Mercurio (en latín Mercurius) era un importante dios del comercio, hijo de Júpiter y de Maia Maiestas. Su nombre está relacionado con la palabra latina merx (‘mercancía’). En sus formas más primitivas parece haber estado relacionado con la deidad etrusca Turms, pero la mayoría de sus características y mitología fue tomada prestada del dios griego análogo Hermes.

Mercurio era el dios de la comunicación y de todas las actividades que requieren habilidad y destreza. Su principal labor, no obstante, era la de ser mensajero de los dioses y, por sus servicios, Júpiter le concedió un sombrero y sandalias aladas, así como un caduceo de oro o varita mágica con serpientes enrolladas y alas en la parte superior, como podemos ver en la fotografía de abajo. 

También llevaba a las almas muertas al Hades o submundo.  Además, era el responsable de la buena suerte y de la abundancia, pero no es muy aconsejable fiarse de él porque también era un gran enemigo y muy mentiroso, y era el dios de los ladrones. Mercurio es, pues, el dios mensajero y también el dios de la elocuencia y de los comerciantes (un símbolo de ello es la bolsa de monedas que lleva atada a su cintura), además de dios de la enseñanza.

Según la tradición, cuando era joven le robó el rebaño a su hermano Apolo, pero se reconciliaron cuando Mercurio le regaló la lira que acababa de inventar. Apolo le ofreció entonces la vara que lleva siempre consigo.

 

En la mitología romana Mercurio es astuto y ágil con los comerciantes, gracias a su habilidad de hablar y negociar, y de los ladrones, ya que le divierte engañar a los demás. Por esto también representa los intercambios comerciales, los intermediarios, los coetáneos, todos los medios de comunicación así como los de transporte, los viajes, el estudio, los compañeros, los colaboradores, la literatura, la palabra, las discusiones, las personas equívocas, mente rápida, etc.

Pero también tiene aspectos negativos como la blasfemia, demagogia, deshonestidad, engaño, nerviosismo, preocupación, indecisión, olvidadizo, etc.

 

Los astrónomos son otro colectivo que tiene algo que decir acerca de la palabra ‘mercurio’. No podemos olvidar que Mercurio es también el nombre del planeta del Sistema Solar más próximo al Sol y el segundo más pequeño, cuyo tamaño es menor que el planeta Tierra pero más grande que la Luna, y su característica principal es que este planeta, rocoso y sin satélites, da la vuelta al Sol en menos de tres meses.

Por este simple hecho, los romanos le pusieron el nombre del mensajero de los dioses al planeta más cercano al Sol porque se movía más rápido que los demás planetas.

 

Los astrónomos han utilizado tradicionalmente el símbolo que vemos a la derecha para el planeta Mercurio. Es también el signo de la alquimia medieval, el elemento mercurio, y contiene tres elementos: alma + espíritu + materia.

El símbolo contiene el signo de la mujer, pero es encabezado con “cuernos” o una media luna. Éstos son para simbolizar el sombrero de alas que el dios griego Hermes llevaba en la leyenda.

El significado de este símbolo es la mente humana siempre despierta, el espíritu humano en continua actividad y zozobra, de aquí la inteligencia que se les atribuye a los nacidos bajo este planeta y su influjo.

Por ello, las características clave referidas a Mercurio serían: observador, inteligente, listo, avisado, sagaz, agudo, talentoso, entre muchas otras.

Para recordar la necesidad de flexibilidad de todo comerciante, es muy frecuente ver estatuas de Mercurio en lugares de actividad comercial. En ellas, el dios es mostrado volando o con un pie en la tierra y el otro en el aire, en perpetuo equilibrio, otra cualidad esencial de este Dios.

Como futuro publicista, hago mención de que en el siglo XX, la figura de Mercurio fue adoptada como símbolo de progreso, ya que era el dios de los viajeros y, como tal, de los medios de transporte. Así nació la marca de coches Mercury, perteneciente a Ford Motor Company. 

 

 Como las marcas, Mercurio hablaba de todo aquello que todos deseaban oír, sentir, percibir. Como las marcas, Mercurio daba a conocer el lenguaje del inconsciente, de los sueños e imaginación.

Otra curiosidad que podemos destacar es que Mercurio también ha sido objeto de inspiración de los romanos por ponerle el nombre al tercer día de la semana, Miércoles.